Aquí guardo lo que ya no utilizo, pero que en su dia utilizé.
Las ilusiones, y desengaños que a lo largo de la vida, dejaron cicatrices en mi piel.
Todo lo vivído y compartido...todo tiene cabída en mi desván.
Hasta aquellos amores que en su dia, siempre hubiera querido olvidar.
Al fin y al cabo son vivencias de una vida, son recuerdos que guardar.
Pero de ahora en adelante, ellos serán, una realidad para contar.

MUCHISIMAS GRACIAS A ALMA MATEO TABORDA

DISFRUTAR DE SU MUSICA Y SUS IMÁGENES

jueves, 12 de noviembre de 2009

EL TORO EMBOLAO??...O ESTRESADO??...

Hacía mas de dos meses que no subía al desván.
La verdad he estado muy desganada todo este tiempo, siento teneros tan abandonados, pero a veces te falta motivación, y hoy, me he puesto a hacer un poco de limpieza, y he aprovechado para subír algunas cosillas que ya no utilizo.
Cada vez que subo, no puedo evitar el mirar por aquí por allá, y de paso ordenar un poco las cosas.

No puedo resistirme a coger aquella caja de metal del cola cao, donde la imagen de una madre con delantal lleva en sus manos una bandeja que sus hijos intentan coger para beberse su gran vaso de leche con cola cao. Que recuerdos.
Esa caja era de mi madre, pero un dia se la pedí, me traía muchos recuerdos, y con ella me dió todas las fotos que llevaba dentro, ella sabe que adoro todas esas cosas....y para mi fue un precioso regalo.

Me senté encima de un baul donde guardo de todo, y allí con la caja sobre mis piernas, comenzé a ver fotos.
No podía evitar que las lagrimillas se me escaparan, pues son tantos los recuerdos...mis tios con los que tantísimas veces compartíamos viajes...domingos de rio... fiestas...cumpleaños... vacaciones...incluso el coche, porque siempre íbamos juntos en un coche con transportines, para los niños ir en el medio.
Como decía mis tios ya no están aquí, todos van falleciendo, es triste, pero también ley de vida.

Bueno no nos pongamos tristes, porque hoy os quería contar el fin de semana que pasamos en el rio Alberche toda la familia.

A ver como empiezo.



Éramos los típicos domingueros, solíamos salír los domingos, con el coche hasta los topes de cosas, y lleno de niños.
Nuestro coche era un coche muy peculiar, era un Seat, pero mi padre no recuerda el modelo, son tantos años ya los que han pasado...
Era negro, de siete plazas.
Tres en el asiento de atrás, dos niños en los asientos pequeños del medio, y los dos hombres en los de delante, pero...siempre íbamos mas de la cuenta, a veces hasta once.

Ese fin de semana, como el lunes era fiesta, el 18 de Julio, que en esa época se festejaba, los mayores decidieron que íbamos a pasarlo en el rio Alberche, un rio que cubre como mucho por la rodilla, pero que disfrutabamos todos al máximo, lo mismo grandes que pequeños.
Sabían de una especie de isla en mitad del rio, con bastante sombra, y decidieron acampar allí.
Yo tenía 10 años, por lo que la historia os la contaré desde la visión de una niña, y lo que escuchaba de los mayores.

Íbamos tres coches, entre tios, primos y nuestros amigos, Miguel, Diego, y sus padres.
Dejaron los coches en la orilla, y cargando con todo, entre bolsos de comida...tiendas de campaña...mochilas...paellera...etc...nos dispusimos a cruzar hasta la isla, que tenía muy buena pinta.
Al llegar allí, los mayores empezaron a organizarse para ver donde plantaban las tiendas, mientras los niños ya empezabamos a enredar, y las madres íban colocando aquello como podían.
"La playa de Madrid"

Mas tarde llegaron otras dos familias con mas niños, y recuerdo que hasta traían a una abuelita en brazos, que la mujer también tenía derecho, a disfrutar.
Colocaron las tiendas en círculo todas, para aprovechar la luz y estar mas acompañados, por si éramos pocos...gracias a Dios que no parió la abuela, jaja.
Lo bonito de esto, es que hacíamos amistad con todo el mundo, llegaba gente nueva, y allí se presentaban y ya cogían la bota de vino los hombres y se la íban pasando, mientras que las mujeres intentaban demostrarle las unas a las otras que su guiso de conejo con patatas, o su paella, o sus migas...era la mejor.

Había mucho compañerísmo, yo recuerdo que siempre me gustaba estar por medio de las mujeres cuando cocinaban, será por eso que me gusta tanto la cocina?
Eso era vida, la cama, la cocina y el baño todo a tiro de piedra, y lo mejor en ese fin de semana no tenias que lavarte, ni cambiarte de ropa, solo para dormir, después te levantabas y otra vez el bañador.

Las noches eran muy divertidas, pues uno de mis tios se llevó la guitarra, y uno de los que llegaron nuevos cantaba por Manolo Escobar, jaja, realmente cantaba bien, después de ese dia, volvimos a salir con ellos y terminé aprendiendome todas las canciones.
Ahora recuerdo que por esas fechas me empezó a gustar el hijo de este hombre, y que pena las tonterias que se hacen cuando te gusta un chico o una chica, porque él hacía cada bobada esperando que yo le viera...por ejemplo, en una ocasión se estabn tirando los mayores desde una soga que ataron a una rama de un árbol para caer en una zona del rio donde cubría mas, y segun se tiraban gritaban como Tarzán o eso intentaban, jeje.

Pues a este niño, Jose, que entonces tenía unos 12 años, no se le ocurrió otra cosa que tirarse cuando no había ningun adulto, solo los niños, y para demostrarme lo que era capaz de hacer, me dijo, ¡Yaiza mira lo que hago!...en el momento que se balanceaba hacia el interior o sea la tierra, la soga debía de estar ya medio suelta, de tanto peso como aguantó anteriormente, y el muchacho fue a dar con sus huesos en el suelo, y el pobre pasó el dia sin moverse del dolor de culo que le quedó....y con unos colores de la verguenza, que no se le pasó en todo el dia.

Volviendo al fin de semana, Pasamos dos dias muy bonitos, pero la ultima noche pasó algo.
Estábamos jugando los pequeños, los mayores jugando a las cartas, otros haciendo otras cosas...cuando mi madre que tiene un oído superpotente, dice: Vienen los toros, y le cambió
hasta el color de la cara.
Mi madre tiene dos fobias, los toros y las tormentas.
Es imposible, se pone enferma, y no es la primera vez que nos mete en el coche cuando aparecen los toros para irse a encerrar a su cercado.
Yo sabía que mi madre decía la verdad porque la conocía y en eso nunca se confundía, así que me agarré a ella y llamó a mi hermano el pequeño, de los otros dos ya se encargaba mi padre que ya eran mas mayores y no le hacían caso.

Las personas nuevas la miraron, y los demás le dijeron que si que se fiaran que venían, cuando se empezó a escuchar los cencerros.
Mi madre se sentía totalmente desamparada, porque siempre cuando ocurría esto nos metiamos en el coche, pero...los coches estaban en la otra orilla, justo de donde venían los toros.

Los mayores recogieron aquello que pudiera entorpecer o molestar para que cruzaran, pero los toros ya estaban acercandose, todos nos quedamos lo mas quietos posibles, pero los hombres se habían preparado con palos, lo primero que pillaron.
Yo notaba como mi madre temblaba, es curioso que no nos haya transmitido ese pánico a los hijos, porque realmente es pánico lo que tiene.

En la manada había uno un poco mas nervioso, que por lo visto al que los llevaba ya le había dado algun disgusto, porque cuando el hombre nos vió, por lo que mi padre con el tiempo contó es que se disgustó al ver gente, porque iban un poco descontrolados.
Empezaron a cruzar por medio del campamento, nosotros al igual que las demás mujeres y niños, resguardandonos detrás de los árboles, y pendientes de lo que allí estaba pasando.

El toro que íba mas nervioso se salió del grupo.
Ahí empezó el problema, no hacía caso a su guía, y con la vara le iba dando con lo cual el animal se enfureció mas.
Se metió en medio de las tiendas descargando su furia en ellas.
Entre todos intentaban hacerse con él, pero también tenían que ayudar al hombre a controlar a los demás que íban intranquilos.

Se hizo eterno, el tiempo.
Por fin se hicieron con ellos después de algun que otro empujón y restregón por el suelo.
Recuerdo que pasé mucho miedo, nunca había visto nada así, y tan de cerca.
Cuando por fin el hombre se fue con los toros, salímos, y lo que allí quedó...parecía que había habido una estampida, y en cierto modo había sido así.

Desde entonces cada vez que mi madre decía que vienen los toros...ya nadie se reía de ella como hacían mis hermanos mayores o mi tio, desde ese dia empezaron a tomarselo mas en serio.

Recogimos todo, y muchas cosas ya inservibles, como algunas tiendas y mas cosillas.
Y regresamos a casa, pues ya no había motivo para quedarse, mas que motivos lo que no había eran ni ganas, ni tiendas...ni muchas cosas.
Yo estube tiempo como asustada, no se me iba esa imagen, entonces no se veía violencia en televisión ni por las calles, y aquello para mi fue muy duro, como mi padre intentaba zafarse del toro como podía, lo mismo que los demás intentaban ayudar.
Ahora cuando lo recordamos hasta nos reimos, pero entonces no era motivo de risa.

Creo que con esta historia del recuerdo me he pasado de larga.

Lo siento, pero como decía Carrascal, el de las noticias de la noche...

"Así fue, y así se lo hemos contado".

Muy buenas noches. ;=)




(Realmente no se si era Jose Maria Carrascal, pero bueno). :)

9 comentarios:

  1. Suerte de tus recuerdos...
    Yo casi no recuerdo ni lo que hice ayer.
    Bonito blog.

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  2. Gracias Emilio, por pasarte a mi desván.
    Yo tampoco recuerdo lo que hice ayer, y sin embargo recuerdo mi niñez con bastante nitidez.

    Ya ves que llevaba dos meses sin publicar en este blog, y ya se han olvidado de mi jaja, menos mal que has venido a hacerme un poco de compañía.
    Gracias maño! :)

    Besos.

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  3. Hola Yaiza, he leído la historia con mucha atención, en mi familia también pasábamos muchos fines de semana de campamento y me has hecho recordar grandes momentos.
    Si pensabas que te hemos olvidado ya ves que no.

    Un besazo cielo.

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  4. Muchas gracias caperucita, me alegra mucho volver a verte en mi desván.
    Te agradezco de corazón tu visita.
    Ya ves aquella época de domingueros que yo creo que casi todos por entonces el que tenía coche, y el que no, se las apañaba como fuera, pero que felices éramos verdad?...era otra manera de disfrutar, que ahora apenas se ve.
    Me pongo nostálgica ya ves.

    Un abrazo cariño. :)

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  5. Jajaja de vez en cuando me pasa lo mismo que Emilio...

    Pues por lo visto Yaiza, eres toda una aventurera, y eso es mágnifico... esperamos ansiosos más venturas como las de esta entrada, aunque sean "familiares"...
    Tambien te agradezco el comentario, y pues a haber cuando leemos un poema sensual de tu autoría.
    PD: es lindo el nombre de tu blog ^-^

    Un abrazo, Lula.


    .

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  6. Azul, poemas?...tienes los que quieras en mi otro blog, y todods de mi autoría :) aunque siempre hay alguien que se hace dueño de ellos, hoy por ejemplo he encontrado unos cuantos por otros blog, en fin, c´est la vie.
    Gracias por comentarme, y ya sabes aqui sigo, y si quieres poesía, pasate a mi paraíso.

    Besos.

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  7. Perdona Azul, en tu firma pone Lula, perdón.

    Vuelve por aqui cuando quieras. :)

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  8. Todavía me estoy riendo de tu comentario de "menos mal que no parió la abuela", jajajaja.

    Esos recuerdos se quedan toda la vida y luego, cuando estás de bajón, te ayudan a dibujar en tu cara una sonrisa.

    Gracias por el buen rato que pasé leyendo tu relato, buenísimo de verdad.

    besos
    Moon

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  9. Gracias Moon, me alegro verte por mi desván, ya que aqui no se llora, eso si de risa algunas veces.

    Besos.

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