Aquí guardo lo que ya no utilizo, pero que en su dia utilizé.
Las ilusiones, y desengaños que a lo largo de la vida, dejaron cicatrices en mi piel.
Todo lo vivído y compartido...todo tiene cabída en mi desván.
Hasta aquellos amores que en su dia, siempre hubiera querido olvidar.
Al fin y al cabo son vivencias de una vida, son recuerdos que guardar.
Pero de ahora en adelante, ellos serán, una realidad para contar.

MUCHISIMAS GRACIAS A ALMA MATEO TABORDA

DISFRUTAR DE SU MUSICA Y SUS IMÁGENES

lunes, 7 de septiembre de 2009

EL PRETENDIENTE

Hoy la historia que os voy a contar no proviene del desván, sino de casa de mis padres.

Estabamos charlando, y llegaron unos familiares, ya mayores, que hacia mucho tiempo no veíamos, y allí entre sorbo y sorbo de café, se pusieron a recordar su juventud, aquellos años en el pueblo, cuando mi padre y mi tio eran musicos que tocaban en la banda del pueblo e iban por muchos sitios de donde les llamaban para sus fiestas, o para amenizar las bodas, o eventos importantes.

Una vez les llamaron para que fueran a Málaga, ellos vivían en Puertollano,(C.Real)
De todo el grupo que eran ocho, mi padre era el mas joven, por esa época tenía 15 años.
Segun cuenta mi tio, ocho años mayor, después de aquella actuación tenian la tarde noche libre para lo que quisieran, y claro al ser todos mayores pues decidieron irse de baile, para ver si podían "hablar" con alguna moza malagueña.

Por lo visto mi padre era bastante lanzadillo, para su edad y había dos compañeros que no ligaban ni pagando, entonces mi padre como un crio que era se acercaba a las mozitas haciendo sus gracietas y ellas quedaban prendadas por la simpatía del muchacho, una vez que las tenía en el bote, les decia que les iba a presentar a unos amigos muy majos que eran grandes musicos, todo esto para darle mas importancia al asunto claro.

Las chicas dicen que se miraban unas a otras como diciendo vaya parece que hemos ligado, e iban tan decididas, cuando llegaban al sitio en cuestion ya no tenian mas remedio que saludar, y cuando veian que mi padre se iba a pedir de bailar a otra moza, ellas se querían ir, por lo visto los pobres tenían poco para entregar, jaja.

Segun decía mi tio los pobres eran el espiritu de la golosina, sosos...simples...y muy vergonzosos, eso si, por lo visto tocaban muy bien, pero unicamente los instrumentos de musica.

Al cabo de los años, y sin saber de ellos en muchos años, uno de ellos conoció a mi madre yendo a trabajar, unicamente de verla por la calle, parece que se enamoró.
Mi madre tenía 16 años, lo que hacía era que la esperaba en la puerta para cuando salía, y una vez que salía, él tiraba para su casa y mi madre para la suya, jeje, pero parece ser que eso le daba fuerzas al hombre para seguir.

Así estubo bastante tiempo, de pretendiente mudo...mientras mis padres se conocieron en la época de la vendimia, él era el tractorista.
Cuando acabó la temporada de la vendimia, mi madre volvió a su trabajo habitual, y le contó a mi padre que ese chico la esperaba todos los dias, pero que lo máximo que le habia dicho un dia, era buenas tardes morenaza.
Mi padre le preguntó si le gustaba, y ella le dijo que para nada, que al contrario estaba cansada de verle todos los dias alli como un palo esperando.

Ese dia se presentó mi padre a buscarla, con tan mala pata, que el susodicho pretendiente, parece ser que por fin se había decidido, y se presentó con unas flores...y con el traje de los domingos, jaja.
Pobrecillo, cuando me lo contaban me lo imaginaba la cara que se le quedaría cuando vió a mi padre, aquel chavalín tan lanzado.

Llegó mi padre y al verle se quedó pensando, pero si es....¡¡joder!!,....
Se acercó a él...le saludó y le preguntó que hacia allí, le dijo que estaba esperando a su novia que la iba a pedir matrimonio, jajajaja, además de soso...mentiroso, porque mi madre ni le conocia vamos.

Así que mi padre le tuvo que decir que su novio era él y que si no salia de allí zumbando, tendría que usar bastón la proxima vez para salir a la calle, por mentiroso, e utilizar a su novia.

De él nunca mas se supo.

Pasado tres años se casaron, tuvieron cinco hijos... vivieron felices y comieron turrón, y mazapán en Navidad.



Lo siento, pero no pude resistirme a contaros esta historieta.