
Hoy he encontrado en el desván el recuerdo de un amigo muy entrañable, que estuvo poco tiempo en mi vida, pero que a esas edades era una ternidad.
Cuando cumplí 10 años, mis padres nos cambiaron a otro colegio, a mi hermano y a mi.
El primer dia que llegué, me sentaron con un chico, que se llamaba Jose Luís.
Yo estaba muy avergonzada, pues no conocía a nadie. Jose Luís llevaba un brazo escayolado, y cuando llevaba como una hora sentada con él sin cruzar palabra, me dijo:
Oye quieres firmarme en la escayola?...entonces le miré a los ojos, tenía unos ojos negros preciosos, parece que le estoy viendo ahora mismo, con esa carita delgadita los ojos negros el pelo negro tambien, sin embargo muy blanquito de piel, y una boca preciosa, era una cria pero no era tonta, jaja.
Era un año mayor que yo, pues repetía curso, era un pieza.
En el recreo ese dia se quedó conmigo explicandome quien era uno, quien era el otro...los profesores, con quien debía de tener mas cuidado. Nos hicimos amigos inseparables.
Para mi era un mundo nuevo, pues mi vida siempre había sido mis hermanos, Diego y su hermano. Aquí empecé a conocer gente nueva.
Los domingos por esa época iba a misa, no me pregunteis por qué pero iba, y eso que no soy creyente, pero mis amigas iban y yo tambien claro.
Jose Luís era Testigo de Jehová, pero llegaba el domingo, y entraba a misa para estar conmígo, si, como leeis.
Se ponía a mi lado, y una vez recuerdo que estando de pié, me rozó su mano con la mia, y di un respingo como si me hubiera picado algo.
Eramos inseparables, eso si, los castigos le venian por todos lados, porque no quería estudiar, aunque a las profesoras las tenía enganchadas, por la gracia que tenía.
Le quitaron por fin la escayola, en la que iba mi firma y un dibujo de mi cara que hizo él.
Era un gran dibujante, y a mi me pasaba lo mismo, siempre se me dió muy bien el dibujo.
Al poquito tiempo de quitar la escayola, se volvió a caer jugando al futbol y se rompió el hombre del otro lado, vuelta de nuevo a la escayola.
Era un culillo mal asiento, siempre tenia algo.
Cuando iban llegando las fiestas del colegio, había que hacer el cartel con todo lo que se iba a realizar, decorandolo con letras bonitas y dibujos...y ese año lo hicimos los dos, nos llevaron a la biblioteca, y allí nos pasamos dos clases, trabajando, durante una semana, entonces no les importaba que perdieramos las clases, eso si, me encargaron los profesores que le ayudara a él con esas clases perdidas.
Así que otro motivo mas para estar con él, jeje.
Nos ibamos a su casa o a la mia, y allí intentaba explicarle la leccion de ese dia, pero de poco servía, porque me decia que no le importaba un pimiento la leccion. Así de clarito era.
Un dia bajando las escaleras de mi casa, en el descansillo, me cogió de la mano y me besó en la mejilla.
Los colores me salieron hasta por las orejas ese dia.
Así pasamos ese curso, entre semanas de clase y recreo...y domingos de ir a misa, una atea, y un testigo de Jehová.
El curso siguiente le cambiaron de colegio, aunque vivía en el mismo barrio que yo, muy cerquita de mi casa y a veces nos veíamos por la calle, pero todo quedó en eso, en un recuerdo muy bonito.
Hace como 5 o 6 meses, un dia que fuí a ver a mis padres, le ví salir de un coche con dos chavales adolescentes, imagino que serían sus hijos, ya no llevaba escayola, jaja.
Pero las facciones de su cara cambiaron poco, esos ojos negros alegres y con mirada de pícaro, seguían en él.
Él por supuesto me vió, nos miramos pero nada mas, a saber que pensaría de mi, despues de tantos años.
Pero tengo el recuerdo de ese curso como algo bonito.