Ayer recordaba la época en que la ilusión de los Reyes magos estaba intacta, y no pude resistirme a contaros esta particular historia de cuando tenía cinco años.
Espero la disfruten.
Era la Navidad de hace muchos años, casi toda una vida.
Mi padre como de costumbre llevaba fuera muchos dias, él era camionero, y se pasaba semanas fuera, después venía pocos dias y volvía a salír para regresar en dos semanas.
Ese dia aún no había regresado, volvía por Navidad como el turrón, y mi madre era la que siempre tenía que luchar con nosotros cuatro.
Yo la mas pequeña, y por delante tres chicos, que me protegían de todo.
Aquél dia mi madre nos vistió con la ropa de los domingos, y nos abrigó bien porque hacía mucho frio. Los dos pequeños estabamos eufóricos, de alegria, los mayores también pero se controlaban mejor.
Nos colocamos las botas de agua, pues había llovido por la mañana y en esa época no había aceras. Tuvimos que andar mucho, porque entonces mi madre no podia permitirse el lujo de pagar el autobus de cinco personas, así que todos cogidos de la mano y en fila india por el borde de lo que entonces llamaban carretera...donde lo único que pisabamos eran charcos y barro.
Cuando llegamos a nuestro destino nos dimos cuenta de que no éramos los únicos y nuestras caras cambiaron, había una cola inmensa de niños con sus padres, los cuales como podían iban soportando las horas de espera entre riñas de hermanos, nervios de los padres, pero mucha ilusión por parte de todos, pues entonces si que existía el verdadero espíritu de la Navidad...aunque tuvieramos lo justito para comer.
Pasaba el tiempo y los mayores empezaron a ponerse nerviosos, ya veían que nos iba a tocar pronto, y todos querían ser los primeros.
De pronto los ví, entre los huecos que iban dejando las personas, y a la altura de sus piernas, los vi, ¡¡¡que alegría eran ellos!!!...jolines ya casi los tenía delante, que emocionante, y podría decirles directamente a ellos todo lo que quería que me trajesen ese año, pues llevaba tiempo pidiendo lo mismo y nunca se acordaban, claro es que sois tantos decía mi madre, y yo siempre me consolaba con lo que me traían, por lo menos tenía un juguete para jugar durante el año.
Pero ahora los tenía allí y ahora si que no se les olvidaría porque se lo iba a decir yo con mi boca no con una carta.
Ya solo quedaban muy poquitas personas para que nos tocara, cuando de pronto.....
¡¡No!! mami yo no quiero, no puedo, es muy negro!!....a ese no le doy un beso, me da miedo.
Lo siento, pero en esa época jamás había visto a una persona de color, y eso a mí me llegó al alma, pero no porque fuera de color es que a ver, no era negro, sino que le habían debido de pintar con betún y daba miedo.
Si hubiera sido negro natural creo que no me hubiera asustado, si extrañado, pero esto era de terror, jajaja.
Me puse a llorar como una loca diciendo que no quería darle un beso, y mis hermanos diciéndome de todo para convencerme.
Tanto lloraba y tan asustada me sentía que mi madre tuvo que agarrarme
y tirar de nuevo para casa.
Mis hermanos los pobres se quedaron con la miel en los labios, aún hoy no me lo han perdonado, jajaja.
Realmente me siento ridícula, pues ya no el hecho de asustarme sino de ese pánico que le cogí.
Al cabo de unos años cuando me enteré de que íban pintados me sentí la mas tonta del mundo, y hasta mis hermanos me dieron pena.
Y por no decir de mi madre que la mujer se esforzó la pobre, después de aguantar el tirón con los cuatro, para nada.
En fin historias de una vida.
FELICES FIESTAS A TODOS Y QUE LOS REYES OS TRAIGAN
TODO LO QUE HABEIS PEDIDO.
TODO LO QUE HABEIS PEDIDO.
PD:En esa época únicamente recibiamos un solo juguete por Navidad, y era con el que disfrutábamos durante todo el año.
Éramos una familia muy humilde, pero llegaban estas fechas, y mi madre íba a una tienda donde le dejaban que lo pagara a plazos, pero sus hijos ese año recibían un juguete...y bien que lo valorábamos, y lo disfrutábamos.
Mi sueño siempre fue tener una bicicleta, nunca lo conseguí.
Cuando tuve a mi hija me dije que a ella nunca le faltaría de nada como a mí, y cuando cumplió 2 años le compré su primera bicicleta.
Ahora al paso de los años, me doy cuenta de que no tenía razón, el darle de todo a los hijos no es bueno, y pensar que yo no tuve de nada tampoco, porque yo tuve mucho amor y cariño de los míos, y eso es lo mas importante, es algo que nunca se olvida.
Si, es cierto que la bicicleta no la tuve, pero si mucho amor, y los recuerdos de la familia no se pueden suplantar por una bicicleta.
Ahora a los hijos se les hace egoistas por tanto como le damos, pero nos damos cuenta después.
Menos Consumismo...y mas cariño.
Éramos una familia muy humilde, pero llegaban estas fechas, y mi madre íba a una tienda donde le dejaban que lo pagara a plazos, pero sus hijos ese año recibían un juguete...y bien que lo valorábamos, y lo disfrutábamos.
Mi sueño siempre fue tener una bicicleta, nunca lo conseguí.
Cuando tuve a mi hija me dije que a ella nunca le faltaría de nada como a mí, y cuando cumplió 2 años le compré su primera bicicleta.
Ahora al paso de los años, me doy cuenta de que no tenía razón, el darle de todo a los hijos no es bueno, y pensar que yo no tuve de nada tampoco, porque yo tuve mucho amor y cariño de los míos, y eso es lo mas importante, es algo que nunca se olvida.
Si, es cierto que la bicicleta no la tuve, pero si mucho amor, y los recuerdos de la familia no se pueden suplantar por una bicicleta.
Ahora a los hijos se les hace egoistas por tanto como le damos, pero nos damos cuenta después.
Menos Consumismo...y mas cariño.